testa martorana

Iglesia de Santa María del Almirante o La Martorana

La historia

La iglesia de Santa María del Almirante debe su nombre a un alto oficial de la flota de Rogelio II de Sicilia: el almirante Jorge de Antioquía. Fue este oficial sirio, cristiano de rito bizantino, quien edificó el templo junto a su palacio a mediados del siglo 12. Lo dedicó a la Virgen en agradecimiento por la protección recibida durante sus largos años de servicio en la armada.

La iglesia bizantina de Santa María desempeñó un papel importante en la historia de la isla. La iglesia se construyó sobre una planta de cruz griega inscrita en un cuadrado, como es característico de las iglesias bizantinas de estilo tardío. Está orientada según un eje este-oeste: al oeste encontramos la fachada principal, y, al este, el ábside o cabecera, ya que había que rezar mirando hacia oriente. Tuvo también un nártex o atrio unido a un patio porticado abierto donde notarios y escribanos desempeñaban su actividad al servicio de la comunidad bizantina. Este pórtico acabó formando parte de la torre campanario.

Una vez efectuada la entrada por la base del campanario se accede al atrio interior. Las bóvedas que lo cubren descansan sobre las ocho columnas del antiguo pórtico. Dos de las columnas presentan inscripciones coránicas en árabe.
La bóveda de este atrio cubierto fue decorada al fresco por el siciliano Olivio Sozzi. La intervención data de 1744 y está basada en el tema de la Apoteosis de la orden benedictina. Las diez escenas están divididas en dos partes de cinco cuadros ovales cada una. Los marcos, a base de curvas y contracurvas, son en realidad trampantojos. Con este efecto óptico el artista quiso crear una sensación de mayor espacio y profundidad.
El fondo de cielos azules contrasta con el gris oscuro de los hábitos de los monjes y crea un efecto cromático de gran belleza.

Palermo, 1185. Impresionado por los dorados y los colores de los mosaicos, dice el viajero y mercader Ibn Yubair: «La iglesia del Almirante era uno de los monumentos más admirables de la Cristiandad...Faltando las palabras para describirla es menester permanecer en silencio, porque es el monumento más hermoso del mundo”. Estos mosaicos, que se encuentran entre los más importantes del mundo, recubren totalmente las bóvedas y los arcos de la cruz griega de la iglesia bizantina original.
La decoración alcanza su punto culminante en la cúpula, dominada por la figura central del Pantocrátor. Representado de cuerpo entero, sentado en el trono, el Todopoderoso bendice y anuncia con la mano derecha mientras sostiene el Evangelio con la izquierda y utiliza la tierra a modo de escabel para apoyar los pies.
En la orla se lee en griego el pasaje de los evangelios que empieza con las palabras: “Yo soy la luz del mundo… “. Alrededor de Cristo vuelan los cuatro arcángeles. En el tambor están representados los ocho profetas, sosteniendo cartelas con sendas profecías. Los nichos albergan a los cuatro evangelistas.

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